‘No nos moverán’, el retrato de la masacre del 68 que revive injusticias del México actual

‘No nos moverán’ retrata la injusticia detrás de Tlatelolco, Ayotzinapa y los más de 130 mil desaparecidos en México, señala su protagonista, Luisa Huertas

8/21/20253 min read

La masacre de Tlatelolco en 1968, la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014 y los 130 mil desaparecidos buscados por sus madres en México comparten una misma raíz: la “injusticia” gestada por más de medio siglo en el país, una verdad presente en ‘No nos moverán’, la película mexicana que revive el “afán de justicia”, afirma su protagonista, Luisa Huertas.

El 2 de octubre de 1968, Huertas tenía 17 años, pero recuerda vívidamente esa fecha que marcó “un hito en la historia de México”, porque, dice “¿cómo olvidar el momento en que el Ejército se metió en las escuelas con bayonetas caladas, tanquetas, perros y soldados?”, provocando la muerte de más de 300 estudiantes.

“Estaba en la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA (Instituto Nacional de Bellas Artes), estudiando la carrera, muy jovencita, y se metieron”, cuenta la intérprete sobre el día en que el Ejército mexicano y su grupo paramilitar, el Batallón Olimpia, reprimieron una manifestación pacífica en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970).

La intérprete, de 74 años, explica que ese período, liderado por el entonces hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI), marcó “un hito en la historia del país” porque quedó claro que “no se podía continuar solo con la represión para callar la inconformidad”.

Socorro busca la verdad

Medio siglo después de la masacre, Huertas recibió el guion de ‘No nos moverán‘ (2024), ópera prima del mexicano Pierre Saint-Martin, en la que da vida a Socorro, una abogada “desencantada” del sistema de justicia mexicano que lleva 56 años buscando a quien mató a su hermano, Jorge, en 1968.

“No quisimos reproducir el movimiento y sus consecuencias inmediatas, sino qué pasó después de 50 años con la gente que fue víctima colateral(…) Son familias que perdieron gente y que tienen ese afán de justicia de no haber llegado a realmente saber quién fue, porque Díaz Ordaz es solo la cara visible”, argumenta.

Para la actriz, este filme refleja la actualidad, puesto que el “afán de justicia” de Socorro también está presente en las familias de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, así como en la búsqueda “incansable” de las madres buscadoras.

“Su constancia y fuerza nos siguen refregando en la cara la falta de eficiencia o las mentiras que se han dicho” por once distintas administraciones (1964-2025), destaca la reconocida artista, quien fue distinguida como Patrimonio Cultural Vivo en 2019.

También resalta que este largometraje en blanco y negro -inspirado en la madre del director y en su tío, fallecido en 1968- alimenta “la esperanza de que se siga luchando” y de que “no se olviden todas estas arbitrariedades, asesinatos, corruptelas de la justicia, mentiras y maltratos”.

‘No nos moverán’ buscar mover a la juventud

Huertas reconoce que “la juventud ya no está tan politizada”; sin embargo, acota, “hemos corroborado en funciones” de la cinta, nominada a los Premios Ariel 2025 y ganadora a mejor película mexicana en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), que “mueve” a los jóvenes menores de 18 años.

“A eso aspiramos todos los que hacemos teatro o cine: a impactar en el público, a que algo le suceda, con lo que (se) acaba de conocer”, asevera sobre la cinta estrenada en el pasado Festival de Cinélatino de Toulouse, en Francia.

Con más de 50 años de trayectoria profesional, Huertas vislumbra, sin una pizca de vanidad, que su legado es “preservar la voz humana” en las aulas del Centro de Estudios para el Uso de la Voz (Ceuvoz), institución que fundó en 2006.

“Queremos preservar, y más ahora en la época de la inteligencia artificial, la voz humana como un privilegio real: este es nuestro sonido, cada especie tiene el suyo. Nuestra aspiración en esta escuela es que la palabra sea diciente con ‘c’: que diga, exprese, proteste, luche”, concluye.